Martes 19 de abril, 20:00 , nervios, emociones, sentimientos...todo se une esperando oír la voz del capataz para decir vamos, nos toca salir a la calle. Ese momento del Padre Nuestro al unísono, siempre acordándonos de aquellos que durante el año nos han dejado ya comienza a ponernos la piel de gallina, y de repente se hace un silencio inquieto, solo se escucha la respiración de muchos corazones esperando y esperando, y se oye de repente ¡Victoriano que son las Diez! ¡Francisco José vamonos! Y se abren las puertas da lugar a una noche de Martes mágica, ilusionante, maravillosa,...
Y suena el llamador, todos preparados al tercer toque nos vamos, después de un año esperando llega el momento exacto que tanto esperamos, nuestro Cristo llevado por sus hijos se levanta por primera vez, es la primera de tantas 'levantás' esa noche, pero la primera por ser dentro de la iglesia y todo el mundo en silencio es muy emocionante. Después de varias paraditas nos vamos a la calle, la salida, tanto como la entrada, es de dificultad extrema y hay que echar mucha cuenta si no nos queremos cargar parte de los respiraderos.
En la calle esperan muchas personas, que salga su Cristo de nuevo por las calles de Espartinas, y durante el recorrido solo manda la voz del capataz y de la personas que desde dentro da las indicaciones oportunas para que todo salga perfecto, y así es como sale, porque cuando las cosas se hacen bien salen perfectas.
Como en todo recorrido, hay partes más bonitas y momentos más todavía, pero yo me quedo con la salida porque es el momento en el que más nervioso estás y más emoción se siente.
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