miércoles, 30 de marzo de 2011

Se acerca

Me gusta ir con retraso, para así darme cuenta el porqué, y como van sucediendo las cosas, hace poco que tras el ocaso del sol y caída la media noche llegó ese aire fresco con olor a azahar conocido con otras palabras como primavera, y esta cuenta atrás se me hace eterna, ya que este año la Semana grande es muy tarde, la dichosa luna, bueno la dichosa cuarta luna llena ha decidido retrasarse este año, y ser la penúltima semana de abril.
La semana grande, es más que una creencia, es un sentimiento de muchas personas, que siguen a sus imágenes que ven por las calles, podría decir que Sevilla es la que muchos quisieran seguir, pero no ante todo creo en DIOS, y una persona que viva en Ceuta vive esta Semana como la podría vivir yo, ya digo que esto está por encima de una creencia, es ese sentimiento que te lleva a vivirla a creer en eso.
Pero, esta vez, y casi siempre, me apetece, me llena de orgullo y lo siento así, hablo de mi semana santa, que antes empezaba el viernes de Dolores cuando se subía a mi Cristo, era un día marcado en grande, era especial ver como la iglesia se llenaba de gente como en silencio contemplaban la subida definitiva al paso, para dejarle allí aparcado hasta el Martes. Y es que para mí no es una semana, es mucho más que eso y como así lo pienso así lo digo. El domingo, es el segundo día marcado, y bastante marcado, es un día para disfrutar para ver por las calles de Sevilla a mucha gente , pero mucha que llenan la ciudad y ver esas hermandades que con tanto esfuerzo sacan sus imágenes, para dar una vueltecita por Sevilla al son de la música.
Otro día, que está marcado en el calendario que este año cae en 19 de abril es el Martes Santo, desde la mañana de ese día sientes esas mariposas, ese cosquilleo propio de lo que es un día grande, tengo el honor de poder decir que lo llevo en mi cuello, y este es solo el 3º de lo que va a ser una vida entera con él a mis hombros, y es que solo nos quedan 20 días para volver a escuchar ese racheo de pies por las calles de Espartinas, te volverán a ver, a rogarte, a pedirte,... en definitiva a tantas cosas. Con esa corneta que suena de fondo, Stmo. Cristo de la Sangre volverá con más fuerza que nunca, con 34 corazones que le portan al cielo para poder revivir y que por un rato vuelva a la vida, todos dirigidos por una voz que es la que manda y dirige desde fuera para que el paso vaya lo más recto posible, se dejan la voz y cuando cruza de nuevo el portal con voz quebrada lo dejan en el mismo sitio desde donde había partido. Son solo 20 días, y espero que pasen largo porque la espera se me está haciendo muy larga.
Ya más tarde, el viernes salgo en Montserrat, hermandad que sale tras la madrugá y sin ser muy conocida tiene su historia, y la volveré a coger con muchas ganas para portar ese cirio, a la espera de poder meterme debajo de él dentro de poco.
Y de nuevo el domingo a Espartinas, con la custodia y de nuevo bajo el paso, a seguir disfrutando de una mañana de domingo muy especial y bonita, con todo lo que eso supone

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